Un BESS (Battery Energy Storage System) dispone de varios dispositivos (control, inversores, BMS…) cada uno con su propia tecnología. Si nos centramos en baterías de celda de Litio, las opciones más populares son LFP (Litio-ferrofosfato) y NMC (Litio, Níquel, Cobalto y Manganeso) ¿En qué se diferencian? ¿Cuál debo elegir para mi sistema de almacenamiento con baterías? Ambas están compuestas por litio, pero encontramos diferente composición en sus cátodos.
Baterías LFP (Litio-ferrofosfato)
Las baterías convencionales suelen estar formadas por una aleación de Litio y Cobalto (LiCoO₂), son las conocidas como baterías NCA. Sin embargo, en las baterías LFP sustituimos ese cobalto por láminas de fosfatos de hierro, dando lugar a una aleación de Litio-ferrofosfato LiFePO 4. El litio es un componente escaso y caro que comparten ambas baterías, pero los fosfatos y el hierro son mucho más comunes en la naturaleza que el cobalto, lo que hace que su precio sea mucho más barato.
Además del menor precio, la principal ventaja es la baja degradación de las baterías LFP. Cuentan con una mayor estabilidad química, que hace que aguanten mejor los ciclos de carga y descarga y tengan una menor degradación, algo ideal para realizar aplicaciones como el Peak Shaving o el Load Shifiting en almacenamiento energético industrial como hace la Pixii Power Shaper.
Su principal problema es que tienen una densidad energética más baja que otras opciones. Las estructuras de los óxidos metálicos que las componen limitan la entrada y salida de electrones al ser de tipo olivino. Esto es algo crítico en los vehículos eléctricos, porque la menor densidad obliga a aumentar el número de celdas y, por lo tanto, el tamaño y el peso para conseguir más autonomía. Sin embargo, en almacenamiento energético industrial no es algo tan relevante y se compensa con creces con todas sus ventajas.
La batería LFP se comportan mejor que otras opciones en temperaturas elevadas gracias a su buena estabilidad térmica, lo que evita riesgos de incendio. En países como España con un clima templado y cálido en algunas zonas, es una opción ideal. Con temperaturas muy bajas su rendimiento cae. En el caso de la Pixii Power Shaper, cuenta con la opción de incorporar un sistema de aire acondicionado que garantiza su pleno rendimiento en exterior en cualquier condición extrema.
Baterías NMC (Lítio, Níquel, Cobalto y Manganeso)
Las baterías NMC son también baterías de litio con el cátodo compuesto por Níquel, Cobalto y Manganeso. Su principal ventaja en su elevada densidad térmica, lo que hace que ocupen mucho menos espacio y pesen menos para conseguir una misma capacidad o que en un mismo espacio tengamos mucha más capacidad. Esto les convierte en una buena opción para vehículos eléctricos de alto rendimiento ¿Pero cuándo es útil para el almacenamiento energético industrial?
Las baterías NMC son adecuadas cuando vamos a utilizar nuestra batería para aplicaciones con baja tasa C de carga y descarga, pero donde nos interesa una gran capacidad de almacenamiento como el autoconsumo de fotovoltaica o el load shifting. Es decir, cuando no nos enfocamos tanto en potencia, pero sí en tener una mayor densidad energética y alta capacidad.
Tienen un coste por kWh mayor que otras opciones como el LFP, aunque con un ciclo de vida superior, lo que lo convierte en una opción más rentable en el largo plazo. Las baterías NMC tienen un buen rendimiento en bajas temperaturas, algo adecuado si vamos a ubicar nuestra batería en el exterior en regiones muy frías como el norte de Europa o por ejemplo en instalaciones de telecomunicaciones elevadas.
BESS Pixii Power Shaper
La batería inteligente para almacenamiento energético industrial puede configurarse con módulos LFP o NMC para un amplio rango de aplicaciones. En Pebblex somos especialistas en almacenamiento energético y te asesoramos en tus proyectos.