Para garantizar la efectividad y la vida útil de una batería fotovoltaica es necesario llevar a cabo un mantenimiento regular que permita optimizar al máximo la gestión energética y degradación de la batería.
Aunque estos sistemas están diseñados para almacenar grandes cantidades de energía y aprovecharla para el consumo de la instalación, es necesario seguir los protocolos recomendados por el fabricante para asegurar el buen funcionamiento de estos dispositivos. Para realizar un correcto mantenimiento de las baterías es necesario tener en cuenta diferentes aspectos que se detallarán más adelante en este blog.
Temperatura
Es una de las principales razones por las cuales una batería fotovoltaica puede dejar de funcionar e incluso resultar un riesgo para las personas y el medio ambiente. Estar sometida a altas temperaturas provocadas por su funcionamiento habitual influye directamente en la calidad y la vida útil del producto.
Para prevenir que la batería sufra de sobrecalentamiento, se deben instalar sistemas de enfriamiento y refrigeración como aires acondicionados para conseguir regular la temperatura de la batería en caso de ser necesario. En el caso de Pixii Powershaper, podemos contar con un sistema propio de aire acondicionado o ventiladores para controlar la temperatura dependiendo de nuestras necesidades.
Otra alternativa para controlar la temperatura de la batería parte de la necesidad de realizar predicciones de las situaciones en las que la batería pueda ser más vulnerable debido a la temperatura como por ejemplo países y periodos muy cálidos como puede ser España en verano.
Las baterías NMC tienen numerosos ciclos de vida lo que permite que su vida útil se extienda mucho más que en otro tipo de baterías. Su resistencia es mayor ante temperaturas bajas por lo que es conveniente situarla en localizaciones donde predominen este tipo de climas.
Por otro lado, las baterías LFP presentan ciertas diferencias respecto a las anteriores. Cuentan con menos ciclos de vida, sin embargo, presenta mayor resistencia a las altas temperaturas, lo que la hace ideal para entornos de clima cálido.
Dependiendo del tipo de batería con la que se cuente se deberán aplicar unos cuidados u otros y se conseguirá adelantar a las circunstancias optimizando al máximo el funcionamiento y la vida útil de la batería.
Calibración de la batería
Otro aspecto crucial a considerar al mantener una batería fotovoltaica es la calibración adecuada. El uso continuo del sistema de baterías, la carga y descarga, provoca una degradación que con el paso del tiempo puede modificar ciertos parámetros. Por ejemplo, si tenemos un límite superior de carga del 90%, con el uso continuo, a los 6 meses puede ser que este 90% se haya convertido en 88%. Calibrar la batería implica ajustar la configuración del sistema para optimizar su rendimiento, lo que incluye los parámetros de carga y descarga, con el fin de asegurarse de que las baterías solo se carguen y descarguen dentro de su rango de operación seguro.
Al adaptar las tasas de carga y descarga de las baterías en función de los datos de temperatura, se permite que el sistema funcione de manera que maximice su eficiencia y su vida útil.
En el caso de la batería de almacenamiento industrial Pixii Powershaper, podemos planificar el calibrado con antelación para que se realice automáticamente sin depender de un técnico o especialista, ahorrándonos tanto costes como tiempo en el proceso.
Monitorizar y posteriormente analizar los datos obtenidos es crucial para poder realizar un buen mantenimiento preventivo y predictivo de la batería. Gracias a estas prácticas se conseguirá prever posibles problemas que puedan surgir en la batería y de esta manera atajarlos a tiempo.
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