Como cada año, en el sur de Europa, y especialmente en España, ya estamos experimentando olas de calor que pueden superar los 40ºC. Estas altas temperaturas plantean desafíos significativos para las redes eléctricas, tanto directa como indirectamente. El aumento del uso de aires acondicionados y otros sistemas de refrigeración industrial provoca picos en la demanda eléctrica, llevando la infraestructura de la red al límite y causando posibles apagones.
Todos hemos experimentado cómo en verano, al encender el aire acondicionado, los plomos de la casa pueden saltar repentinamente. Imaginemos este escenario a gran escala en una industria o empresa que utiliza sistemas de enfriamiento para su maquinaria. Un apagón en ese contexto supondría pérdidas económicas reales debido al tiempo de inactividad, e incluso podría causar averías en los sistemas.
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Desafíos eléctricos durante las olas de calor
Durante estas olas de calor, el consumo de electricidad se dispara. Por ejemplo, en Montenegro, el consumo diario alcanzó un récord de 11,029 MWh el 11 de julio, un aumento del 11% en comparación con el año anterior. Este incremento en la demanda ejerce una presión extrema sobre los transformadores y otras infraestructuras de la red eléctrica, que pueden sobrecalentarse y fallar, resultando en apagones generalizados. En junio, por ejemplo, las redes eléctricas de Albania, Bosnia y Herzegovina, Croacia y Montenegro sufrieron apagones debido a la caída de dos líneas de 400 kV.
En el caso concreto de Kosovo, donde se enfrenta una de las peores olas de calor en décadas, el uso masivo de aires acondicionados ha llevado a la importación diaria de hasta 300 MWh/h, lo que representa un gasto de aproximadamente EUR 1 millón al día. Esto no solo subraya la creciente demanda, sino también el costo asociado con mantener la estabilidad de la red eléctrica.
Italia también está experimentando problemas similares. En Milán, la capital económica del país, se han registrado fallos en la red eléctrica, dejando secciones de la ciudad sin energía en las últimas semanas, dando lugar a apagones.
Por otro lado, los incendios forestales (también provocados por las olas de calor en muchos casos) causan directamente problemas en al red. El pasado 14 de julio, un incendio en el norte de Macedonia obligó al operador de la red, GRT Mepso, a desconectar dos interconectores. Esta acción paralizó la central de carbón de Bitola, de 690 MW, y provocó un estado de emergencia de 30 días. Como resultado, el precio de la electricidad aumentó más de un 30%, alcanzando los 212,60 EUR/MWh el martes, el segundo más alto de Europa después de Rumanía.
El rol de los BESS
Las baterías de almacenamiento energético industrial (BESS) ofrecen una solución eficiente para estos picos de demanda que se suceden durante los periodos de verano y de altas temperaturas. Al almacenar energía durante los periodos de baja demanda y liberarla durante los picos, estas baterías pueden ayudar a equilibrar la carga en la red. Esto es crucial para prevenir el sobrecalentamiento de los transformadores y reducir la posibilidad de apagones.
Las baterías BESS pueden aliviar esta presión al proporcionar electricidad adicional en momentos críticos, reduciendo así el estrés en los transformadores. Como ya hemos visto en otros post, existen lugares donde la red eléctrica no da a basto con la demanda, como el ejemplo de lugares aislados o microrredes. En estos lugares ya se han podido implementar BESS con las que han aumentado su independencia de la red y aumentando su autonomía.
Por otro lado, durante el verano, cuando los precios de la electricidad tienden a ser más altos, los BESS pueden resultar especialmente útiles ya permiten almacenar energía en momentos en los que el costo de la electricidad es más bajo, para luego utilizarla cuando los precios aumentan.
Las olas de calor extremas son cada vez más frecuentes, y con ellas, los desafíos para las redes eléctricas también aumentan. Las baterías BESS se presentan como una solución efectiva para mitigar estos picos de demanda, aliviando la presión sobre las infraestructuras de la red. La inversión en almacenamiento de energía BESS y la mejora de las infraestructuras de la red son pasos esenciales para asegurar un suministro eléctrico estable y confiable durante estos eventos climáticos extremos.
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